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PREGUNTAS FRECUENTES

Los complementos alimenticios son productos alimenticios consistentes en fuentes concentradas de nutrientes que tienen como finalidad complementar a la ingesta de nutrientes procedentes de una dieta equilibrada.

Aunque una alimentación saludable debe aportar la totalidad de nutrientes que el ser humano necesita para un día, esta situación no es aplicable para todos los nutrientes ni para los diversos grupos de población. Por lo tanto, los complementos alimenticios completan ese régimen alimenticio para favorecer el bienestar de las personas.

Los complementos alimenticios se definen en la Directiva 2002/46/CE del Parlamento Europeo (transpuesta a nuestro ordenamiento jurídico por el Real Decreto 1487/2009) como los “productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal y consistentes en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiológico, en forma simple o combinada, comercializados en forma dosificada, es decir cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y otras formas similares de líquidos y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias”.

Los consumidores compran los complementos alimenticios con la idea de alcanzar un óptimo estado de salud, además de protegerse ante las posibles agresiones que puede sufrir el organismo. Gran parte de la población asocia estos productos a la idea de tratamiento natural sin efectos adversos contra la salud.

Se pueden comercializar de múltiples formas: cápsulas, pastillas, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, etc. Sus ingredientes se pueden encontrar en forma simple o combinada. La dosis diaria recomendada en el etiquetado de cada complemento alimenticio no debe excederse.

Las diferencias entre estos tres términos son inexistentes ya que todos ellos están admitidos para designar a este tipo de productos. Sí deben comercializarse bajo la denominación de complemento alimenticio.

Los complementos alimenticios nacieron con la finalidad de ayudar a alcanzar la ingesta diaria recomendada (IDR) o Cantidad Diaria Recomendada (CDR) de nutrientes (vitaminas, minerales, etc) en caso de dietas deficitarias, aportando de manera dosificada este tipo de productos.

La cantidad de nutrientes recomendada que una persona debe tomar diariamente varía en función del sexo y la edad. Los valores de referencia de nutrientes (VRN) reflejan las cantidades de vitaminas y minerales que necesita el ser humano, prestando atención a las dos variables específicas mencionadas. El etiquetado de los complementos alimenticios ofrece el porcentaje de estos valores según la cantidad que contiene la dosis.

Mientras que en la Unión Europea (UE) estas cantidades las fija la EFSA (European Food and Safety Agency), en Estados Unidos es la FDA (Food and Drug Administration) la encargada de esta tarea.

Las vitaminas y minerales son sustancias nutritivas esenciales que se denominan micronutrientes debido a que nuestro organismo los necesita en pequeñas cantidades pero son imprescindibles para su buen funcionamiento pese a que el cuerpo es incapaz de generarlos por sí mismo.

En concreto, las vitaminas son nutrientes que el organismo requiere en pequeñas cantidades ya que la mayor parte de ellas no las produce. Se puede diferenciar entre dos tipos de vitaminas:

  • Hidrosolubles: Vitamina C y las del grupo B.
  • Liposolubles: Vitamina A, D, E y K.

Por su parte, los minerales son elementos químicos inorgánicos que resultan imprescindibles para la vida, nuestro crecimiento y consiguiente reproducción. Los más importantes son los siguientes: calcio, cobre, cromo, fósforo, flúor, hierro, magnesio, selenio y zinc.

Tanto vitaminas como minerales deben aportarse a través de una alimentación equilibrada. Sin embargo, una dosis elevada de vitamina A, D y K puede resultar tóxica para nuestro organismo.

Los ácidos grasos esenciales son los componentes básicos de las grasas junto con el glicerol. Se trata de las grasas que el organismo no es capaz de sintetizar o transformar y deben aportarse de través de la dieta y alimentación saludable.

El Omega 3 es el ácido graso esencial que suele suplementarse con mayor asiduidad debido a sus múltiples funciones para el organismo. Se puede clasificar en tres grupos:

  • Saturados: presentes en alimentos de origen animal en su gran mayoría como las carnes o embutidos.
  • Insaturados: procedentes de plantas y pescados grasos como el salmón.
  • Poliinsaturados: se encuentran en este grupo los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6.

Por norma habitual no debería existir ningún tipo de interacción entre los complementos alimenticios y los medicamentos, aunque sí pueden darse ya que cuentan con actividad nutricional. La mejor solución es que el facultativo médico valore cada caso de manera personalizada y siempre se le debe informar previamente si estás tomando algún complemento alimenticio o tienes en mente consumirlo.

Los complementos alimenticios están indicados en la prevención y compensación de deficiencias nutricionales y no en la prevención o tratamiento de enfermedades. Por lo tanto, estos productos no necesitan de una prescripción médica, aunque se recomienda que exista una supervisión por su parte.

Así, los suplementos con nutrientes resultan necesarios en casos de dietas carenciales, situaciones de estrés o convalecencias, entre otros motivos, para satisfacer las recomendaciones de los expertos aunque no para superarlas, siendo siempre aconsejable tomarlos por recomendación de un profesional sanitario (médico, enfermero, farmacéutico, etc).

Las vitaminas y minerales que ingerimos a través de la alimentación pueden no ser suficientes para nuestro organismo a pesar de que nuestra dieta sea saludable, sobre todo si nos referimos a aquellos que no son almacenados en el organismo. Los complementos alimenticios son los encargados de reemplazar las necesidades extra que aparecen, sobre todo cuando pensamos que los alimentos ingeridos tienen la totalidad de su contenido nutricional pero no es así.

Nunca un complemento alimenticio puede suplir a una dieta saludable en la que se combinen de forma adecuada los diferentes productos de temporada que ofrece nuestra dieta mediterránea, una de las más saludables y equilibradas que existen en el mundo. Los complementos sí pueden optimizar nuestro estado a nivel nutricional, pero jamás como un sustitutivo.

Los complementos alimenticios ayudan a que puedas mejorar tu calidad de vida y alcanzar el mayor bienestar posible. Por este motivo puedes tomarlos en aquellos momentos en los que eres consciente de que tu alimentación no es todo lo saludable que debiera ser, cuando tu sueño no es reparador o en el periodo en el que el estrés te sobrepasa por completo. En definitiva, los complementos alimenticios contribuyen a que tu estilo de vida sea el adecuado sin necesidad de que su consumo se asocie a la aparición de alguna dolencia.

Los complementos alimenticios aportan las vitaminas y minerales que el organismo no es capaz de obtener procedente de la alimentación. Por tanto, ayuda a la adquisición del contenido nutricional necesario para desarrollar nuestra vida con normalidad sin que la salud se vea afectada.

Un complemento alimenticio no previene o trata enfermedades pero sí ayuda a regular las carencias nutricionales del organismo.

Es muy difícil que el consumo de complementos alimenticios presente efectos secundarios en la salud de las personas que los toman, pero es recomendable que prestes una atención especial sobre todo si estás probando un producto por primera vez.

La lectura del etiquetado de los complementos alimenticios resulta imprescindible, ya que es el lugar en el que puedes localizar algún tipo de contraindicación y alérgeno. Nuestra recomendación consiste en que si tienes dudas sobre la composición del complemento alimenticio lo consultes con tu especialista. Realiza esta misma operación y deja de tomarlo de forma inmediata en caso de que sufras alguna reacción inesperada a causa de un complemento alimenticio.

Recientes estudios reflejan que la ingesta de determinados complementos alimenticios, especialmente los multivitamínicos y minerales, podrían producir efectos negativos para la salud. El exceso de nutrientes podría ser dañino según el Dietary Supplements and Mortality Rate in Older woman: The Iowa Women’s Health Study.

De igual modo, ¿Tomar suplementos dietéticos? Puede ser demasiado, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, explica que las personas acostumbradas a tomar complementos alimenticios son las que siguen unas dietas más completas y saludables, siendo menos proclives a padecer deficiencia de nutrientes, exponiéndose así a sufrir algún efecto secundario por exceso.

Los complementos alimenticios no se pueden equiparar con los medicamentos. Estaríamos cayendo en un grave error si consideramos que sus efectos los empezarás a sentir u observar con la misma celeridad que ocurre con los medicamentos. Cada persona es única y tiene su propio metabolismo por lo que sería otro error hablar de días, semanas o meses con exactitud. La tendencia habitual sí refleja que son los formulados a base de vitaminas los primeros cuyos efectos beneficiosos comienzan a notarse en el organismo de las personas.

Según explica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), en este momento se deben tener en cuenta los informes del Comité Científico de la Alimentación Humana y de otros organismos internacionales con solvencia científica contrastada hasta que la Unión Europea establezca los niveles máximos de nutrientes y de otras sustancias con efecto nutricional o fisiológico.

El objetivo es que se logre garantizar que la utilización normal de los complementos alimenticios conforme con las instrucciones de uso facilitadas por el fabricante no pongan en peligro a los consumidores.

Vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibra, diversas plantas y extractos de hierbas forman parte del conjunto de nutrientes u otros elementos que pueden encontrarse en los complementos alimenticios, según AECOSAN.

Algunos de los requisitos existentes son los siguientes:

  • Vitaminas y minerales: las sustancias químicas utilizadas no deben presentar peligro para el ser humano y deben estar disponibles para el organismo.
  • Aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibra, diversas plantas y elementos vegetales: según la legislación europea vigente, en España solo están reguladas las normas para vitaminas y minerales empleados como ingredientes en los complementos alimenticios, pudiéndose regular en una fase posterior y tras disponer de datos científicos, las normas relativas al resto de ingredientes y nutrientes utilizados en los complementos alimenticios.

No debe existir ningún problema siempre que se cumplan estos dos requisitos: que el producto y las dosis sean las recomendadas para los niños.

De acuerdo a la legislación que ordena estos productos en España (Real Decreto 1487/2009 relativo a los complementos alimenticios) el etiquetado, la presentación y la publicidad de los complementos alimenticios no incluirán ninguna afirmación que declare o sugiera que una dieta equilibrada y variada no aporta las cantidades adecuadas de nutrientes en general. Asimismo, tampoco atribuirá a los complementos alimenticios la propiedad de prevenir, tratar o curar una enfermedad humana, ni se referirá en absoluto a dichas propiedades.

Hay que destacar que estos productos deben comercializarse con la denominación de complemento alimenticio.

Acorde con las normas relativas a los complementos alimenticios, la información que debe incorporarse en el etiquetado de estos productos es la siguiente:

  • La denominación de las categorías de nutrientes o sustancias que caractericen el producto.
  • La dosis de producto recomendada para el consumo diario.
  • La advertencia de no superar la dosis diaria recomendada.
  • La afirmación expresa de que estos productos no deben utilizarse como sustitutos de una dieta equilibrada.
  • La indicación de que los complementos alimenticios deben mantenerse fuera del alcance de los niños.

Por otra parte, la cantidad de nutrientes o sustancias con un efecto nutricional o fisiológico contenida en el producto tiene que aparecer declarada en la etiqueta de forma numérica. No se obliga a especificar nada sobre posibles efectos secundarios o de las interacciones con medicamentos.

En los últimos años el paradigma sobre el estilo de vida de las personas ha cambiado por completo, pasando del tratamiento de las enfermedades a la prevención de las mismas. Esto también se refleja en el sector del complemento alimenticio, donde la prevención cada vez ocupa un lugar más destacado y se acerca con fuerza a los beneficios que aportan en el presente.

El consumidor actual conoce los beneficios del binomio entre nutrición y salud, exige más información objetiva acerca de los productos, le preocupan las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) e inicia la búsqueda de productos alternativos, entre los que se encuentran los complementos alimenticios.

Según datos de PlantLIBRA, el 54% de los españoles que tomaron complementos alimenticios en 2016 lo hicieron en cápsulas. Le siguen las tabletas (21%), los sobres (15%) y los líquidos (10%). A su vez, el 74% de los consumidores españoles tienen mucha confianza en estos productos mientras que el 23% deposita bastante confianza y solo un 2% y un 1% posee poca o ninguna confianza en ellos.

Otros datos interesantes a nivel socio-demográfico muestran que el núcleo central de consumidores de complementos alimenticios en Europa y España son mujeres que tienen entre 18 y 59 años, una educación media y se encuentran con empleo. Las herboristerías en ambos casos son el lugar de compra predilecto de este tipo de productos.

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